¡PARA DE AMARTE A TI MISMO!

Entiendo que hay personas que se machacan mucho, se infravaloran, se culpan y tienen pensamientos muy destructivos. Puedo entender que para rectificar ese hábito se hable de “amarte mas”, o de “quererte a ti mismo”.

Y no digo que en una primera etapa, ese concepto de “quererte”, no pueda ayudar a salir de un estado agudo de depresión o a contarte historias menos malas sobre ti y tus actos.

Pero si seguimos por esa senda, “amarte a ti mismo” pronto pasará a ser otro problema, en diferente forma, ya que el concepto no está alineado con cómo funciona la consciencia.

“Amarte a ti mismo” implica que hay dos entidades, una que ama, y otra que recibe el amor. Esta la consciencia observadora y la construcción mental proyectada de lo que creemos que somos, a la que tenemos que amar.

Una vez que has tenido una experiencia de despertar, solo leer la frase “quiérete mas” es suficiente para provocarnos ansiedad o angustia.

Lo que propone el Shivaismo es algo más radical a la par que sencillo y eficaz. Propone erradicar el Yo proyectado, y el juicio sobre él, para que quede solo el Yo verdadero, es decir, tu cuerpo. Te lo pongo en una formula.

Versión del desarrollo personal contemporáneo: Yo  amo/odio/quiero/perdono/agradezco    Yo
Versión Shivaismo de Cachemira: Yo   amo/odio/quiero/perdono/agradezco   Yo

La consciencia (por favor, dejar de hablar de amor como el bloque constructor del universo, o como el único estado considerado “consciente”), es decir, la inteligencia trascendente e invisible que lo crea todo, solo es reconocible con un cuerpo relajado, libre de pensamiento egoico y de toda intencionalidad.

Cuando comenzamos la labor de “amarnos a nosotros mismos”, lo que mas fortalecemos precisamente es pensamiento egoico (nosotros mismos) y la intencionalidad (amarnos, verbo). Nos perdemos en esta tarea interminable y olvidamos que la consciencia se esconde en todas partes, en una croqueta, en la mirada de un desconocido, en ese sentimiento que te da pánico sentir, en tu gato, en la luz del sol, en una ducha de agua fría, en una conversación con un compañero de trabajo, en el espacio entre la inspiración y la expiración…

El Tantra es un proceso destructivo porque no podemos hacer nada para obtener algo que no tengamos ya por el hecho de existir. Entonces solo podemos destruir el exceso de ruido mental (ya sean pensamientos de amor o de culpa) para sentir la unión con el espacio que nos rodea, que todo lo que buscamos ya se nos ha dado y solo tenemos que ser lo suficientemente sensibles para verlo.


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