EL CUERPO SEGÚN EL TANTRA

Os voy a contar un pequeño secreto tántrico: la experiencia mística ocurre gracias al cuerpo.

En nuestras prácticas, el cuerpo adquiere una importancia colosal, nunca es considerado un obstáculo. No tenemos esa idea de un cuerpo físico, con límites definidos, que nos mantiene encadenados. En nuestra concepción, el cuerpo es infinito,: una masa fluctuante cuyo límites solo son conceptuales. Es el cuerpo cósmico, capaz de abarcar la totalidad.

El que se identifica con su cuerpo físico está encadenado, el que que se identifica con el cuerpo cósmico alcanza la liberación. ¿No es revolucionario?

La mayoría de vías espirituales, ven el cuerpo como una limitación transitoria con la que tenemos que lidiar.

Desde este ángulo, la única salida es apartarse del cuerpo y el mundo sensorial, considerar que los objetos de los sentidos son ilusorios, y que también el mundo y nuestro propio cuerpo lo es. Estas vías se vuelven renunciatorias, en el sentido de que tienen numerosas prohibiciones y prescripciones y son vías trascendentalistas en el sentido de que consideran que lo sagrado no puede experimentarse aquí y ahora, es necesario ir «mas allá» a dimensiones más elevadas, vibraciones más altas, atravesar duros caminos de ascetismo. Qué manía con elevarse, si lo que es arriba es abajo.

En nuestra vía no existe ninguna prohibición porque se supone que tenemos una consciencia, no hace falta que nadie nos diga que no está bien robar al vecino. 

Cuando a Abhinavagupta le preguntaron, en relación a la falta de reglas morales de la escuela Kaula, si existía algún tipo de conducta que supusiera la expulsión de un practicante de los círculos tántricos, contestó: faltar el respeto a una mujer, a un animal hembra o a una planta femenina. Tal es el reconocimiento de la superioridad de cuerpo femenino, que está mucho más capacitado para experimentar la totalidad. Qué diferente a otras corrientes, en las cuales las mujeres somos consideradas inferiores y demoníacas.

Nuestra idea del cuerpo es fundamental para entender cómo manejamos la energía.

Para los tantrikas, la única manera de perder energía es tensarse, por el contrario, si abrimos puertas y ventanas de nuestro cuerpo relajado y fluido, una energía infinita está disponible para nosotros, recibimos todo tipo de informaciones y nos equilibramos sin esfuerzo. Por eso no existen en nuestro yoga prácticas como contracciones de músculos o  bandhas para acumular energía como en una caja fuerte, tampoco respiraciones artificiales o forzadas. Abhinavagupta, en el Tantra Loka sostiene que el pranayama no solo no sirve para nada sino que es perjudicial. 

La práctica principal de nuestro yoga es el Tandava, la danza del cuerpo cósmico, una danza placentera, que libera de tensiones físicas, detiene la mente, armoniza el flujo emocional. Todo son ventajas.

La eficacia de las prácticas corporales hicieron que cayera enamorada de esta vía. Me permitieron salir de los engaños de la lógica y el pensamiento discursivo, destrozaron cada certeza que me robaba la claridad y para colmo eran puro gozo.

El tantra no te dice: aniquila a tu ego. Te dice: disuélvete en la totalidad. Es mucho menos amenazador, pero cuando tu cuerpo es pura espacialidad, tu estrecho y limitado punto de vista se amplía, te abres a posibilidades ilimitadas, eres todo y nada, ya no existes. Es la experiencia mística.


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